LOS FIDEOS DE TATO BORES

 

VEINTISIETE AÑOS SIN TATO DE AMÉRICA

 

 

Buenos días estimados lectores. El 11 de enero de 1996, se iba de gira por el universo, Tato de América, el cómico nacional. Una figura irrepetible, que supo contar como nadie, la historia de nuestro país, con fino humor e ironía.

 

 

Sus monólogos, sus sketchs, y sobre todo sus tallarines del domingo, entraron junto a él, en la Inmortalidad, sin perder vigencia ni actualidad.

 

 

Su relación con la mesa, como lugar de encuentro con los amigos de siempre, para compartir los alimentos y las bebidas, merece que dediquemos este homenaje, en nuestro Diario Digital.

 

 

Nacido un 27 de abril en Buenos Aires, según algunos en 1925, y según otros en 1927, con el nombre de Mauricio Boreztein, fue actor, humorista y monologuista, y aunque actuó en cine, teatro y televisión, en este último medio, con su humor político, surgido de la revista porteña, marcó a generaciones de argentinos.

 

 

Casado en 1954 con Berta Szpindler, ella lo acompañó hasta sus últimos días. Fue su amor, su compañera, su musa, y hasta la protagonista invisible, de cientos de sus monólogos.

 

 

Berta dio escasos reportajes, y el Suplemento de Cultura de Página 12, recogió su testimonio:

 

 

“Fue un invento de él, y después todos los libretistas se lo fueron copiando, anche mis hijos. Surgió cuando hacía televisión. Como él siempre hablaba en primera persona, que todas las cosas le sucedían a él… y él tenía muchos interlocutores en esos monólogos, yo era uno”.

“Me consultaba todo, pero eran decisiones de él. Los personajes, los cambios, a lo mejor me contaba, pero lo decidía con sus libretistas”.

“No quiero herir a nadie, pero si a lo mejor Tato se hubiera dedicado a algo más común me hubiera faltado algo, pero de esta manera yo me llenaba mucho con las cosas de él”.

“A lo mejor eso no está bien. Hoy viste que las mujeres se realizan por su lado, y me parece genial. Pero no te olvides que yo pertenezco a otra generación… Creo que a cada uno de nosotros le queda alguna deuda pendiente con el destino. Después que se te pasó un buen cacho de la vida decís ¿Por qué hice esto? ¿Por qué no habré hecho lo otro? Pero como dice mi analista, lo que foi, foi”.

 

EL CÓMICO DE LA NACIÓN

 

 

En estos videos, las generaciones que no lo vieron lo podrán descubrir, los que lo conocimos, evocar, y aquellos lectores de otros países, conocer una parte de nuestra historia contemporánea.

 

 

EL RETORNO A LA DEMOCRACIA (1983)

 

 

TATO Y LA LÓGICA POLÍTICA

 

 

TATO Y LA INSEGURIDAD

 

 

TATO Y LOS HOSPITALES

 

 

TATO Y LOS IMPUESTOS

 

 

TATO Y EL SINDICATO DE GILES

 

 

EL HISTÓRICO MONÓLOGO 2000

 

 

TATO Y LA CENSURA PREVIA

 

 

En el año 1992 en la mitad de la primera presidencia de Menem, Tato había preparado un programa en el que Helmut Strasse, el arqueólogo del futuro, encuentra un Diario viejo que decía que una jueza –María Servini de Cubría– había sido culpable de 50 irregularidades en la tramitación de la causa del Narcogate, y los ministros de la Corte Suprema de Justicia le aplicarían una multa de $60 o 20 U$S. Helmut entonces dijo que esa cifra seguramente sería una fortuna, hace 500 años cuando ocurrió el hecho.

La Jueza al enterarse de esto, 2 días antes de la transmisión del programa, logró que la Justicia censurara el sketch de Helmut, y prohibiera difundir el nombre de la Jueza en cualquier medio de prensa. ¿Qué pasó el domingo en el programa de Tato?

Una sociedad sin fisuras, sin grietas y democrática, cerró filas detrás de Tato, para oponerse a la censura previa.

 

 

LOS FIDEOS DEL DOMINGO

 

 

Los domingos a la noche, Tato Bores decía: “¡Dejémosnos de joder y comamos los fideos que se nos enfrían!”. Entonces se sentaba a probar el plato, con los comensales e invitados.

Para muchos se trataba de un momento difícil, porque es un plato complicado para comer ante las cámaras. Y mientras lo hacían, además debían responder las preguntas del gran Tato que, más de una vez los ponían nerviosos, recordaba Eliseo Di Paolo.

 

 

Eliseo era el cocinero que tiraba los fideos a la olla, el más famoso que tuvo la televisión argentina de finales de los ’80, cuando aún no estaban de moda este tipo de personajes, como parte del show televisivo.

Tato lo hacía participar en cámara, y cuando se acercaba un momento de la entrevista, gritaba en cámara, “Eliseo tirá los fideos”.

 

 

 

 

 

UN CIERRE BIEN GASTRONÓMICO

 

 

VERMUT CON PAPAS FRITASS & GOOD SHOW

 

 

Hasta mañana, queridos lectores, y hasta pronto Tato, ojalá haya fideos en donde estés y nos esperes con ellos.

 

 

Emilio R. Moya

 

 

Fuentes: citadas y enlazadas en la nota

 

 

 

 

Oscar Tarrío

Director Periodístico Chefs 4 Estaciones en Chefs 4 Estaciones / Ex Editorial Diario La Capital

NODO norte

Un suplemento del Diario La Capital

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