LLEGARON LOS REYES

¿CUÁNTAS ROSCAS DE REYES CONOCÉS?

 

 

Es tiempo de nervios e inquietud entre los más pequeños. No falta nada para ver qué regalos dejaron en casa los Reyes Magos en un año especialmente difícil para ellos al no poder haber salido a jugar tanto como hubieran querido. Muchos (no tan pequeños) estarán ya preparándose para una de las tradiciones más dulces que conserva nuestra historia. Se trata de la mítica rosca de Reyes, uno de los productos tradicionales con más raigambre cultural y gastronómica en nuestros paladares y que, como todos los años, no podrá faltar en las cocinas y salones de las familias. La historia siempre se comprende a través de los detalles más cotidianos y sencillos de nuestra cultura presente, por lo que merece la pena echar la vista atrás para conocer de dónde proviene la tradición y cómo llegó a nuestras vidas y aun pervive.

 

 

Los orígenes no cristianos de la rosca de Reyes: historia de una tradición

La rosca de Reyes sirve para celebrar la Epifanía del Señor, que etimológica y religiosamente alude a la «manifestación» de Jesucristo en el mundo y, en este caso, su revelación a los Reyes de Oriente, según narra el profeta San Mateo en el Nuevo Testamento.

 

 

Sin embargo, la costumbre de comer la rosca no tiene sus orígenes en las festividades cristianas, sino al contrario, en las paganas. Como tantas otras formas culturales, fue absorbida por el cristianismo con el paso de los años y los siglos. En su origen, era un dulce que se repartía en las saturnales romanas entre amos y esclavos con el objetivo de celebrar la llegada de los días de sol que empezaban a venir tras el solsticio de invierno. El haba, que ahora tiene una connotación negativa para quien lo encuentre en su plato, entonces era motivo de celebración, pues el esclavo al que le tocaba era condecorado con el título de ‘Rey de reyes’ y tenía derecho a un día libre.

 

 

En aquella época, en torno al siglo II, el roscón tenía forma redonda de torta y se elaboraba con higos, dátiles y miel. Y ahora, en el presente, se cocina con masa dulce y en forma de cero, acompañado y adornado con rodajas de fruta confitada, escarchada o cristalizada de vistosos colores. Aquí estriba una de sus mayores polémicas actuales, que siempre genera debates en redes sociales y mesas familiares entre aquellos que prefieren quitarla, al concederle un sabor amargo que contrasta con el dulce, y aquellos que no dudan un segundo en devorar un pedazo de forma íntegra. La receta de nuestros días se completa añadiendo un relleno de chocolate, nata, crema o trufa. Se ha especulado mucho con la fecha en la que se vinculó a la celebración cristiana de la Epifanía del Señor.

Lo que sí que está claro es que, según recoge el historiador Julio Caro Baroja en su obra ‘El Carnaval’, hay una mención al roscón en dos testimonios del siglo XII. Uno de ellos corresponde al Reino de Navarra, que en el año 1361 designaba Rey del Faba al niño que encontraba el haba en la masa del dulce.

 

 

El segundo alude a Ibn Quzman, poeta andalusí, que en su escrito ‘Cancionero’ describe una tradición similar con una torta (a la manera romana) en cuyo interior había monedas de oro.

 

 

Una tradición compartida

¿Qué países además del nuestro siguen la tradición?

En España lo llaman el Roscón de Reyes.

 

 

 

 

En Francia, una nación culturalmente muy cercana a la nuestra, celebran El Rey del Haba (‘Le Roi de la Fave’ en su idioma original), en la cual las familias francesas se sientan a comer un bollo muy similar la Gallette des Roi escondiendo en su interior un haba.

 

 

En Portugal, a la tradición se la conoce como ‘Bolo Rei’ (El bollo real, en la traducción hispánica) y aunque no se comparten los mismos ingredientes, también es tradición sentarse a comerlo el 6 de enero.

 

 

También se consume en México, solo que aquí prefieren tomarlo para merendar en vez de para desayunar, importándose la tradición en el siglo XVI desde España.

 

 

 

 

 

En Estados Unidos se llama King´s Cake y forma parte de las festividades del Mardi Gras en Nueva Orleans.

 

 

 

En Bélgica,  la Canadá francófona y Suiza se conoce como gâteau de Rois (o la deliciosa variante galette).  En Grecia degustan la vasilopita, una especie de dona menos vistosa que la rosca que conocemos. En Hispanoamérica se le denomina roscón o rosca de Reyes, y en Cataluña, tortell.

 

 

Como decíamos, tradiciones gastronómicas como la Rosca de Reyes son una de tantas huellas que nos deja la historia de nuestros ancestros. Un legado que no podemos olvidar y que este año, a pesar de la pandemia y de los padecimientos que ha traído consigo, se seguirá perpetuando de padres a hijos para acompañar en la mesa en este día tan especial en el que creer en la magia y celebrar la llegada de un nuevo año con nuestros seres queridos.

 

¿Cómo hacer rosca de reyes?

 

 

Ingredientes

400 grs. de harina

100 grs. de manteca

100 grs. de azúcar

1 huevo

1 yema de huevo

20 grs. de levadura de cerveza

Ralladura de limón

1 cucharada de esencia de vainilla

200 cm3 de leche tibia

1 taza de crema pastelera

Preparación

Entibiar la leche y colocar adentro la levadura con una cucharadita de azúcar, dejar levar.

Poner la harina en la mesada y en el centro colocar la manteca blanda, el azúcar, el huevo, la yema, la esencia de vainilla y la ralladura de limón.

Comenzar a mezclar agregando la leche con la levadura formar una masa blanda, amasar bien y dejar levar.

Formar un cilindro, cerrar y colocar en una asadera. Dejar levar.

Decorar con la crema pastelera. Pintar con huevo batido y hornear a fuego moderado 40 minutos.

Agregar frutas a gusto (opcional).

 

 

 

Emilio R. Moya

 

 

Oscar Tarrío

Director Periodístico Chefs 4 Estaciones en Chefs 4 Estaciones / Ex Editorial Diario La Capital

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