LA LECCIÓN DE LAS HAMBURGUESAS
Buenos días estimados lectores. Nunca tan cierto como hoy una frase que suelo usar a menudo. Todos los días aprendemos algo nuevo.
Pero hay días que aprendemos mucho y de golpe. Por eso esta nota está dedicada a las personas mayores de 55 años, que constituyen el 33 % de nuestros lectores y pertenecen a nuestra generación.
El tema de hoy es la Hamburger Fest que se llevó a cabo este fin de semana en el Hipódromo de Palermo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Una fiesta popular, con todo lo que implican las fiestas populares. Emoción, vibración, encuentros, aire libre, amigos y familias.
Mientras hacíamos la producción para la nota, surgió lo que Husserl definiría como una intuición eidética, un ir a las cosas mismas, sin tener en cuenta el Mundo, para encontrarles la esencia.
De no haber ocurrido eso, la nota hubiera comenzado de la siguiente manera:
El Hipódromo de Palermo realizó, una vez más, el evento más esperado por los amantes de las hamburguesas, la Burger Fest, organizado por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
El festival gastronómico se llevó a cabo el sábado 9 y el domingo 10 de abril de 12 a 24 horas, con entrada libre y gratuita.
Hubo 30 stands y food trucks y para acompañar la comida, el festival contó con un patio cervecero donde se vendieron todas las variedades de la cervecería artesanal y un espacio con vinos y coctelería.
Pero después de semejante lección, es imposible que no la compartiéramos con ustedes, ya que a nosotros nos mostró una perspectiva nueva de nuestras vidas.
Y nos hizo saber que hasta el día de hoy, habíamos vivido equivocados.
NO FRACASAMOS, CAMBIAMOS EL MUNDO
Nuestros padres vivieron el horror de Hitler, de Hiroshima y de Nagasaki. Nuestros hermanos mayores hicieron el Mayo Francés. Y las Vanguardias “iluminadas” de nuestra generación, creyeron que el camino para cambiar el mundo, era el camino de las armas.
No sólo no cambiaron nada, sino que le hicieron el juego a los poderosos y desataron un baño de sangre, que nos llevó puestos a todos. Y el panorama que nos muestra el Mundo hoy, parece confirmarnos que todos nuestros sueños de la adolescencia, fueron en vano, y que no cambiamos nada.
Mala nuestra. El mundo nunca cambió por medio de las armas, sino siempre por medio de las ideas. Y el rol que nos tocaba en la Historia, era el de sembrar ideas.
¿Dónde sembramos esas ideas? En nuestros hijos y en nuestros nietos. Que son los que están cambiando el Mundo. Así como nuestros padres nos enseñaron a soñar. Nosotros les permitimos volar.
Cuando se terminen de morir los ancianos carcamanes, que constituyen lo peor de nuestra generación, atiborrados de poder, dinero y maldad, no habrá quién detenga el cambio.
¿Saben cómo hubiera sido el Hamburger Fest, sino fuera porque a ellos no les interesan demasiado las áreas de turismo, gastronomía y cultura, y las delegan en manos de segundas o tercera líneas, más honestas y más jóvenes?
Igual que como están organizadas las competencias del fútbol profesional, mediante un acuerdo entre el político de turno, una cadena de hamburguesas multinacional o local, pero exclusiva, una única marca de gaseosas , una única cerveza industrial , y una entrada popular.
Y la recaudación: vamo y vamo. A la criolla. ¿Y la exclusividad de las marcas? Resuelta mediante el clásico pago de la cometa vernácula, que supera en mucho al 5% o 10 % habitual de la corrupción mundial.
Pero no fue así. Fue una fiesta maravillosa de la diversidad y la inclusión. Todas las ideas y los gustos conviviendo en el mismo lugar.
Veganos militantes, pero militantes en serio. Multiculturalismo representado en arepas venezolanas o shawarmas de Medio Oriente.
Gente del Gran Buenos Aires Profundo, de Luján o Bella Vista, al lado de otros de Palermo o de Retiro. Inventores creativos de máquinas para ahumar y tradicionalistas del asado ortodoxos.
Así que cuando los noticieros los agobien con malas noticias, cuando crean que sus vidas no ayudaron a cambiar el mundo, que nuestra generación no cumplió con sus sueños, piensen en las hamburguesas de Palermo.
UNA FIESTA PARA TODOS
VEGGIE GREEN BURGER
HAMBURGUESA FRESCA MEDALLÓN VEGANO CON CEBOLLA MORADA, PEPINO, LECHUGA, BROTES DE SOJA, TOMATE Y MAYONESA DE ALBAHACA
NO ES SOBERBIA
BURGER DE PASTRÓN AHUMADO CON PROVOLONE
THE FOOD TRUCK STORE
HAMBURGUESA CON CHEDDAR, PANCETA, LECHUGA, TOMATE, CEBOLLA CRISPY Y SALSA THOUSAND ISLAND
ASADO CAMPERO
HAMBURGUESAS DE VACÍO, ASADO Y ENTRAÑA, EN CLÁSICA HAMBURGUESA A LA PARRILLA,
LA MAGIA DEL FLACO
DE ACÁ SALIERON LAS HAMBURGUESAS CON CHEDDAR, PANCETA, CEBOLLA CARAMELIZADA Y BARBACOA
FLAMA
HAMBURGUESA DE CORDERO, CON RÚCULA, CEBOLLA MORADA, PROVOLONE Y MAYONESA AHUMADA
MASTER AREPAS
BURGER DE AREPA CON QUESO, LECHUGA TOMATE Y HUEVO
BRUGERS
MEDALLÓN DE BIFE DE CHORIZO Y ASADO, QUESO TYBO, CEBOLLA CRYSPY Y PULLED PORK, CON ALIOLI DE PALTA
SHAMI
HAMBURGUESA DE SHAWARMA
A MODO DE CONCLUSIÓN
AUGUSTE ESCOFFIER, SUS IDEAS CAMBIARON PARA SIEMPRE EL MUNDO DE LA GASTRONOMÍA
De la misma forma en que las vanguardias gastronómicas fueron estériles y no dejaron nada. Las ideas de los grandes cocineros y educadores transformaron la cocina.
Escoffier, Bocuse, Arzak, Ferran Adriá, los hermanos Troisgros, Carme Ruscalleda, abrieron paso con sus ideas a numerosos cambios. Y hoy nuevas generaciones de cocineros encuentran sus propios caminos.
Enseñaron, no adoctrinaron. No buscaban seguidores, no creían en ningún “ismo”. Se respetaban y se admiraban mutuamente.
La misma palabra vanguardia proviene en el mundo del arte de “avant garde” y es terminología militar. Los que avanzan al frente de la milicia contra el enemigo. De allí se la apropio la política. Pero no para hacer arte.
NEIGHBORLY DISCUSSION OF TODAY- DISCUSIÓN VECINAL DE HOY
Así que estimados lectores, cuando terminen de morirse los dueños de los “ismos”, provengan de donde provengan, y pasen a hacerse cargo nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, habremos cumplido aunque ya no estemos.
Porque el mundo no va a estar más dividido entre un “nosotros” dueño de la verdad, y un “ellos” fuente de todo mal, como lo vimos ayer en el Hipódromo de Palermo.
Y para cerrar la nota, el Zorzal Criollo, que nos une como nadie porque cada día canta mejor. Para conmemorar la jornada de ayer, qué mejor que este tango.
Emilio R. Moya
Fuentes: citadas y enlazadas en la nota