DEL MORFI Y DEL ESCABIO

EL LUNFARDO EN LA COCINA

 

 

El castellano es una de las lenguas más completas y complejas del mundo. Llena de giros, matices y palabras. Pero a los argentinos, tan afectos a reinventar lo inventado, a apropiarnos de lo ajeno y hacerlo nuestro y a transformar los significantes y los significados, siempre nos resultó insuficiente, Así que a finales del siglo XIX decidimos inventar el lunfardo, su métrica del 2 x 4, y su rapsoda, nuestro Homero, Don Carlos Gardel. Y de la mano del tango se hizo tan popular que hoy ya no recordamos el origen de sus palabras, ni el lugar de su nacimiento.

 

 

En Argentina la palabra ‘bodegón’ tiene un significado distinto al del resto del mundo. En arte se refiere a las pinturas conocidas como “naturaleza muerta”, cuadros de animales, flores y objetos naturales. También se llamaban así a los establecimientos subterráneos de las bodegas, pero para el diccionario del lunfardo porteño, bodegón quiere decir solo una cosa: taberna. Desde las épocas del tango la palabra forma parte de nuestro vocabulario como sinónimo de fonda y cantina, haciendo honor a los espacios de carácter popular, estilo club de barrio, donde se sirven bebidas y platos caseros de comidas autóctonas.

 

 

Allí, donde se mezclaban los inmigrantes recién llegados de Europa, con la población local de distintas clases sociales y los ex convictos con los señoritos de la Sociedad que salían de los burdeles, se hablaba en muchos “idiomas” y en ese caldo, se cocinó el lunfardo utilizando las expresiones gastronómicas como materia prima.

 

¿QUÉ ES EL LUNFARDO Y QUÉ PAPEL JUEGA EN LA GASTRONOMÍA ARGENTINA?

 

 

Empecemos por descifrarlo: el Lunfardo es una mezcla de idiomas, razas, clases sociales, lo cual nos da como resultado un vocabulario. Dicho vocabulario fue herencia de los inmigrantes, principalmente españoles, franceses e italianos; el cual se remonta al origen de la personalidad porteña. Este estilo se usa en el español, cambiando sinónimos de una frase por sus sinónimos lunfardos, sin que llegue a perder su sentido original, con lo cual le dan un tono diferente a la frase. Esta corriente se refiere a las expresiones coloquiales, un ejemplo es: “Me pica el bagre”, lo cual significa, tengo hambre.

 

EL MORFI

 

 

Y si tengo hambre que tengo que hacer: está claro que morfar. Pero no es tan sencillo ya que “morfar” no sólo significa comer. Morfar significa principalmente una cosa: comer. ¿No hay nada para morfar en esta casa? Me muero de hambre.  Proviene del italiano (también jerga) morfa, que significa “boca”. De esa jerga italiana derivó el francés “morfer” y “morfialler” y “morfiler” que significaban en el argot francés comer. Lo interesante de esta palabra son todas las palabras que derivan de morfar:

Morfi/Morfo/Morfe/morfete: comida. Ejemplo: ¿Ya está listo el morfi?

Morfeteo: comida (como evento). Ejemplo: ¿Armamos un morfeteo para este finde?

Morfón: 1- comilón. 2- futbolista que retiene la pelota para lucirse en el juego y no al pasa al compañero, 3- hombre homosexual pasivo. En desuso hoy.

Morfonojo: ladrón que roba en hoteles y casas de comidas. En desuso hoy.

Y en la expresión:

Morfarla doblada: hace alusión a comerse el pene. Comerse, fumarse, morfarse, bancarse, tolerar una situación pero sin escapatoria, irremediablemente( funciona como una exageración).Inmortalizada por el más argentino de los argentinos Diego Maradona.

 

 

¿Y EL ESCABIO?

 

 

Escabio: del genovés «scabbio» y el milanés «scabbi», ambos términos son catalogados como jergales y sirven para designar al ‘vino’. En el lunfardo se aplica a todo tipo de bebidas alcohólicas.

Copetín: deriva del genovés “cuppetin” y hace referencia al tentempié o aperitivo o la comida ligera que se toma para abrir el apetito, antes de la comida principal del mediodía o antes de la cena.

 

 

Y la birra, tiene un doble origen: del italiano donde significa cerveza y del inglés “beer” de donde se deriva también birra. Y la cerveza de barril tiene su propia expresión distintiva: chop

 

 

INSULTAME QUE ME GUSTA

Cada idioma tiene su glosario de palabrotas e insultos, cuyo único fin es el de lastimar o molestar al otro. Sin embargo, la ingeniosa cabeza de los argentinos ha ideado cientos de insultos gastronómicos,  en los que nombres de frutas, verduras y comidas varias son usados para degradar a los demás. Aquí les explicamos el origen de algunos de ellos y cuáles son las implicancias de que, por ejemplo, nos digan que somos unos verdaderos nabos.

 

SER UN ÑOQUI

 

 

¡Atención empleados públicos! Este insulto fue creado para aquellos trabajadores del gobierno que, sin mover un dedo, aparecen sólo para buscar su sueldo, sin haber trabajado el resto de los 29 días. Y justamente este día, el 29, es el día en que según la tradición todos los argentinos comen una porción de la clásica pasta italiana.

 

SER UN PAPAFRITA

 

 

Este insulto viene del lunfardo. Se considera que un papafrita es un tonto con honores, al igual que un papanatas o un paparulo. La papa es un tubérculo que ha dado mucha letra para ofender al prójimo, pero también para elogiarlo (una mujer hermosa es una papa), para enunciar una verdad absoluta (aquí está la papa) o para decir que algo es muy fácil (esto es una papa).

 

SER UN SALAME

 

 

 

Clásica expresión para nombrar a alguien que consideramos tonto. En lunfardo, se designaba salame (tonto, torpe) al primer novio que una chica llevaba a su casa. También la palabra salamín se refiere a un tipo atolondrado, olvidadizo y despistado.

 

SER UN PEREJIL

 

 

Todo comenzó en los años 70’s. Dado su escaso valor, el perejil solía ser un bonus que el verdulero metía en nuestra bolsa de la compra cuando no tenía monedas para dar el vuelto. Es decir, que da lo mismo si está o no. Es tan poca cosa que ni regalado le damos importancia. ¡Devastador!

 

TENER CABEZA DE MELÓN

 

Para disfrutar un melón, hay que ahuecarlo. Pues bien, cabeza de melón significa alguien que tiene la cabeza hueca, pero también se refiere a alguien que es testarudo y empedernido.

 

¡QUÉ PANDULCE!

 

 

Esta expresión se popularizó gracias a un spot publicitario de la marca de panificados Pamela en los años 80´s, donde una mujer entraba a un local vistiendo un pantalón blanco muy ajustado y alguien gritaba «Pamela, «¡qué pandulce!», aunque pandulce ya figuraba en el diccionario de lunfardo como sinónimo de asentaderas.

 

NO ME IMPORTA UN PEPINO

 

 

Esta expresión coloquial significa que algo no nos interesa demasiado o no le damos mucha importancia a una persona o una situación. Esta expresión en realidad se usa de forma incorrecta ya que proviene de una expresión de la Edad Media «valer menos que un pepión». El pepión era una moneda de cobre que se utilizaba en los intercambios comerciales de poca importancia.

 

SER UN QUESO

 

 

En el argot futbolístico, designa a un jugador torpe, sin habilidad.

 

SER UN CHURRO

 

 

Esta expresión no es un insulto, sino un halago, ya que si nos dicen que somos churros nos están diciendo lindos.

 

SER UN BANANA

 

 

Un banana es una persona que cree que se las sabe todas.

 

SER UN NABO

 

Un nabo es un idiota, una persona muy tonta o distraída. También se usa la expresión naboleti, que es mucho más amigable.

 

PD: SI ESTA NOTA NO TE IMPORTÓ UN PEPINO POR FAVOR HACEMELO SABER PORQUE NO QUIERO QUEDAR COMO UN SALAME. MUCHAS GRACIAS.

 

Emilio R. Moya

 

 

Fuentes: blog.restorando.com, portenisima.com.ar, lavidaargentina.com, novecentoweb.com, maspormas.com
Oscar Tarrío

Director Periodístico Chefs 4 Estaciones en Chefs 4 Estaciones / Ex Editorial Diario La Capital

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Un suplemento del Diario La Capital

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